Hay momentos que un sencillo plato combina tan bien los sabores que, al comerlo en tu casa disfrutando de un templado atardecer, te da la sensación de que ni en un restaurante de alta cocina podría mejorar el estado de nirvana en el que has entrado al comerlo. A estos platos me gusta llamarlos comida rápida de alta cocina y no somos inventores de palabras nuevas, alta cocina low cost, alta cocina para todos, ya existen muchas definiciones, pero simplemente es la mejor definición que hemos encontrado para denominar a platos que desatan tus sentidos, que son rápidos de hacer y con ingredientes comúnmente simples que, al fusionarse en una extraña alquimia gastronomica, se transforman en algo especial.
Ingredientes para cuatro personas:
- Cuatro filetes de lubina.
- 250g de Arroz salvaje SOS.
- 400 g de cebolla
- Cinco dientes de ajo.
- 360 g de gambas peladas (una bolsa de Mercadona).
- Media copa de vino blanco.
- Aceite virgen extra.
- Sal
En un bol con agua, sal, laurel, un diente de ajo y un trozo de cebolla, cuece el arroz durante veinte minutos. Cuela y reserva.
Dora el ajo en cuatro cucharadas de aceite virgen extra, no lo quemes que amarga. Cuando el ajo tome un ligero color marrón en las puntas, lo retiras del aceite y del fuego.
Nuestro aceite ahora tiene todo el aroma del ajo y sofreímos la cebolla cortada en finos trozos. Se fríe a fuego lento para que se caramelice en su propio jugo y cuando la tengamos con un tono ligeramente tostado incorporamos el vino blanco y dejamos reducir para que evapore todo el alcohol, en ese momento, incorporamos el ajo que teníamos reservado y la bolsa de gambas bien enjuagadas. Veras como cuando suelta los jugos comienza a ligar y espesar el conjunto. Cuando las gambas blanquean por completo y el jugo comienza a espesar se incorpora el arroz salvaje para que se impregne de todo el sabor. Unas vueltas y ya tenemos el acompañamiento para nuestras lubinas.
En una plancha a fuego fuerte asamos las lubinas, primero por la parte de la piel y cuando veamos que las partes más finas comienzan a blanquear de damos la vuelta y tostamos un poco el lomo.
Si al freír la cebolla le añades un chorro de aceite picante de habanero, en próximas entradas publicaremos como hacerlo, encontraras una nueva definición para la frase “voy a morir de placer”.
Sí, claro que se puede mejorar, se pueden coger gambas rayadas en vez de congeladas, con las cabezas y un caldo hacer una reducción sabrosa de pescado que se te saldrán de las orbitas los ojos al probarlo mezclado con el arroz, pero en este post hemos querido darle un toque más rápido y directo, que seguro que alguien en su casa lo agradece.
Espero vuestros comentarios, que busquéis alimentos glutenfree y que nuestra lucha os haga más libres.
Pues si David para principiantes en cocina como yo, que solo funciono con la Theromix se agradece empezar con niveles faciles. Con esta me voy a animar y te contare. Mil gracias
A veces parece que la comida rica tiene que ser complicada y en platos como este se demuestra lo contrario.
Saludos