Hoy nos vamos a atrever con un plato de toques orientales y de nombre sugerente. Una receta con la que irremediablemente nos mancharemos los dedos al comérnosla y con la que va a ser un placer relamer hasta el último resto que se nos quede pegados a ellos.
Nuestra receta de hoy es con el cada vez más conocido «Edamame». Una baya de soja inmadura que se suele vender en casi todos los centros comerciales en formato congelado y con el que vamos a poder hacer un plato de entrante o de picoteo de lo más sabroso, sano y elegante con el que vas a quedar como un anfitrión de lujo ya sea en cena de navidad, cena de alta cocina, cena familiar o simplemente un día en el que te apetece un capricho sabroso y healthy, aunque esas dos cosas raramente creíamos que se pudiesen fusionar.
Ingredientes:
- Una bolsa congelada de bayas de Edamame
- Aceite picante de Habanero (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra.
- Soja Tamari sin gluten
- Vinagre de reducción al Pedro Jiménez
- Mezcla de especias indias
- Semillas de sésamo.
- Una pizca de sal.
Para este plato lo primero que vamos a hacer es hervir la bolsa de bayas de Edamame sobre cinco minutos en una cazuela con agua. Si te gusta la textura más blanda de las semillas lo puedes aguantar dos o tres minutos más. Trascurrido este tiempo escurrimos nuestro Edamame y lo reservamos.
En una sartén lo suficientemente ancha ponemos a calentar nuestro aceite de oliva y el picante si eres de los que te gustan los sabores intensos como a mí.
Una vez caliente volcamos nuestro Edamame y lo rehogamos con un poco de sal hasta que empiece a tostarse un poco.
Añadimos la mezcla de especias que nos guste, a mí me gustan las de sabores indios, pero si no tengo mezclo; comino, curri, pimentón de la vera, hinojo en polvo… y me queda igual de bueno.
Rehogamos otro poco y ya podemos añadir la salsa de soja, el vinagre con reducción al Pedro Jiménez y las semillas de sésamo con lo que le vamos a dar vueltas hasta que espese, y ya tenemos nuestro plato listo.
Un plato con el que te vas a chupar los dedos hasta que te quedes sin huellas dactilares, garantizado.