Una de las estrellas de la cocina, importada de nuestra siempre querida bella Italia, cuna de la alimentación con gluten, es la pizza. Tiene tantas combinaciones como alimentos podemos encontrar en nuestro planeta. Buena en cualquier lugar y nunca se le hace mala cara cuando alguien comenta, ¡hoy para cenar pizza!
El problema, una vez más, lo vamos a tener los celiacos o intolerantes al gluten. Si ya no han vuelto a ser las mismas desde que te dejaste el gluten y ya comienzas a estar tentado a volver a nuestro alimento enemigo para degustar semejante manjar, te presentamos la pizza con la que se te olvidara que el gluten existe y te aseguramos que, si no comentas a tus amigos que carece de tan indigesto elemento, ni lo van a notar.
Los ingredientes para 4 personas son:
- 275 g harina Schar de mix b.
- 25 g harina trigo sarraceno (el trigo sarraceno es un garbanzo, no tiene gluten)
- 200 ml agua.
- 100 ml de leche.
- Una cucharadita de sal.
- Una cucharadita de azúcar.
- 5 g de levadura hidrolizada sin gluten.
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra.
En 100 ml de agua templada incorporamos, la cucharadita de azúcar y la levadura para elevarla, cuidado con la temperatura que si está muy caliente matamos la levadura y no subirá la masa. Reservamos hasta que veamos que casi se sale del vaso producto de la fermentación. 
Mezclamos las harinas con el agua, la levadura fermentada, la leche, si no queremos que tenga leche la cambiamos por agua, la sal y la cucharada de aceite. Manipulamos hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados y colocaremos en un lugar templado durante una hora y media aproximadamente, veras como tiene haber doblado o triplicado su volumen. También puedes meter todos los ingredientes en una panificadora, en el programa de amasar, y esperar hasta que te indique que ha pasado el tiempo. Ella le da la temperatura idónea para que eleve la masa.
Una vez esté lista la masa la repartimos en dos hojas de papel vegetal, para dos pizzas, y el rodillo lo aceitaremos para que no se pegue la masa que es excesivamente pegajosa y difícil de extender. Retiramos el exceso de aceite con un papel de cocina, extenderemos la masa sobre el papel con cuidado de que no se pegue al rodillo. El único inconveniente de esta masa es que la única forma de manipulación es esta, sobre el papel y con cuidado.
Para cada pizza necesitaremos:
- Tres cucharadas de tomate frito casero.
- Media cucharada de kétchup.
- Dos hojas de albahaca fresca.
- 75 g de mezcla de queso rallado 4 quesos.
- 75 g de queso rallado mozarela.
- 50 g de queso de cabra.
- 20 g de queso roquefort.
- Queso parmesano rallado.
- Una cucharadita de orégano.
Mezclamos el tomate con el kétchup y la albahaca en un cuenco. Lo repartimos por encima de la masa en una capa fina. Distribuimos homogéneamente los quesos por su superficie y rallamos el parmesano, al gusto, por encima de la pizza. 
Solo nos queda esparcir el orégano sobre los quesos y meterlo al horno a 200 grados durante 18 minutos aproximadamente para una espectacular pizza de quesos sin gluten, mucho más digestiva y muy sabrosa.
Si al sacarla la colocamos en una rejilla para airearla evitaremos la condensación que se crea por el calor y la tendremos crujiente y perfecta cuando le hinquemos el diente.
Espero vuestros comentarios, que busquéis alimentos gluten free y que nuestra lucha os haga más libres.